TOLA Y MARUJA
— Ve Tola, ¿qué te dieron de regalo tus hijos de día de madre?
— Me lo adelantaron, Maruja, me lo dieron el jueves: un ayuno con el Dalai Lama.
— ¡Con don Dalai! No charlés, Tola… Contá, ¿conocites a don Dalai?
— Qué señor tan querido, Maruja… Figurate que es tan sencillo Dalai que nise pone calzoncillos.— ¡No fregués!, ¿anda a tizón voliao?
— Y qué sabiduría la de Dalai, Maruja… Qué tipo tan espiritual… Me dijo queya que los colombianos no éramos capaces de conseguir la paz esterior, almenos deberíamos bregar a lograr la paz interior.
— Don Dalai tiene una cara muy apacible, ¿será que es soltero y sinobligación?
— Nada, Maruja… Es casao. Me contó que la esposa se llama Karma Cristina ytienen dos hijas: Nirvana del Socorro y Mantra Cecilia. Y todos en la casa pratican el yoga, pero que la esposa no pudo volver a levitar porque sedejó engordar.
— Tan pinchada vos Tola codiándote con don Dalai.
— Sí, nos codiamos, Maruja, pero bregando a montanos al Trasmilenio.
— ¿Andaron en Trasmilenio? Qué peligro, Tola, que de pronto le hubieranrobao a don Dalai el cedular… o el aura.
— Es que Dalai quería conocer la ciudá y entonces lo llevé a San Vitorino…Y le encantó la gente… Vio un grupo de gamines y me dijo: qué maravillaustedes tan desprendidos de los bienes materiales.
— Ah, no, es que en ese sentido la mayoría de los colombianos van pabudistas que se las bogan.
— Pero decime una cosa, Tola, francamente… ¿Sí sirvió de algo la venida dedon Dalai?
— Yo no sé, Maruja…En el encuentro que tuvo con los empresarios les dijoque la felicidá se conseguía compartiendo la riqueza.
— ¿Y qué cara hicieron los de la jái?
— Muchos ricachones se salieron y dijeron que Dalai era un comunistadisfrazao de care krisna
.— ¿Y Uribe se reunió con don Dalai?
— Claro… Y aprovechó pa pedile un consejo: que qué hacía
con el ex diretordel DAS Jorge Noguera, que qué puesto le daba… Entonces quizque Dalai lecontestó: pues si es cierto que Noguera multiplica los votos, lo mejor esque lo encargue de la Registraduría y por ahí derecho acaban con laastención.
— ¿Y no hablaron de esos niversitarios hijos de papi que silbaron a Uribe en la niversidá de Los Andes?
— Uribe le dijo a Dalai que él los quedó reconociendo y que si queda depresidente les va a decomisar los cedulares, las tarjetas de crédito, lasllaves del carro y no les va a dar puesto en el Banco de la República.
— ¿Y qué dijo don Dalai?
— Le recomendó a Uribe que haga yoga pa que domine sus enojos. EntoncesUribe le contestó que a él le quedaba muy jodido praticar yoga que porque
él no se podía estar quieto.
— ¿Y no hablaron del aborto?
— Claro… Uribe le dijo a Dalai que estaba muy bravo por la despenalización
del aborto, que si la malformación física fuera motivo entonces no hubiera
nacido Valencia Cossio.
Que lo único positivo que le veía a la aprobacióndel aborto es que se va a ahorrar varios microchís.
— Pero, Tola, ¿cuál fue la mejor enseñanza que te dejó don Dalai?
— Cuando le pregunté: maestro, ¿qué cosas son eternas? Y me contestó: otrogobierno de Uribe.
— ¿Y verdá Tola que don Dalai no es vegetaliano?
— Nada, Maruja… Lo vieras atarugao de chunchurria en Paloquemao.
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