Volví a mi casa como un borracho, y ¿sabe lo que hice durante el minuto de delirio celoso que bastó para la acción vergonzosa que iba a cometer? ¿Sabe lo que hice? Me dije que aquella mujer estaba burlándose de mí, me la imaginaba en su tete-à-tête inviolable con el conde, repitiendo las mismas palabras que me había dicho por la noche, y, cogiendo un billete de quinientos francos, se lo envié con estas palabras.
«Se ha ido usted tan de prisa esta mañana, que olvidé pagarle. Ahí tiene el precio de su noche.»
Una vez, yendo a sacar un pasaporte en la prefectura, vi una de las calles adyacentes como se llevaban los dos gendarmes a una ramera. P, 26.
SINONIMIAS EN LA OBRA LA DAMA DE LAS CAMELIAS
pastoril
vaporosa
castas
venal
viernes, 15 de mayo de 2009
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